Hijos, cuidados y brecha de género

 https://www.eldiario.es/nidos/papas-popos-cambiadores_1_1381406.html


Tradicionalmente el rol de cuidador en la sociedad ha recaído de manera principal y mayoritaria en la esfera de lo femenino. Tanto lo que se refiere a la crianza de los hijos en sí misma como el cuidado de familiares dependientes. Todas estas tareas son infravaloradas de manera sistemática.

Suelen ser trabajos no remunerados o insuficientemente remunerados si se desarrollan en el ámbito familiar, a pesar de que contamos con la Ley de Dependencia desde el 2006. Es una ley que cuenta con un presupuesto muy limitado y cuya agilidad en la tramitación deja mucho que desear.

En el caso del cuidado en el hogar, a la no remuneración o remuneración insuficiente, se suma la cantidad de tiempo que se requiere; lo que se traduce en una merma de los recursos económicos y del tiempo libre disponible.

Y cuando son trabajos remunerados fuera del ámbito familiar, suelen ser labores feminizadas con unas condiciones y salarios poco atractivos. Como prueba, el hecho de que hasta el año pasado las trabajadoras del hogar por cuenta ajena no tenían derecho al paro, podían ser despedidas sin alegar causa...

Si disponemos de menos tiempo libre por tener que hacernos cargo de las tareas de cuidado en el ámbito familiar, esto se traduce a su vez en que o tenemos que aceptar trabajos remunerados a tiempo parcial para poder conciliar; o si tenemos trabajo a tiempo completo, lo hacemos a costa de nuestro tiempo libre. En definitiva, una pescadilla que se muerde la cola, cuya solución según mi parecer, pasa por políticas públicas y de concienciación en la sociedad de que esas labores de cuidado son indispensables para el funcionamiento correcto de toda comunidad y que el camino para llegar a una igualdad real es la corresponsabilidad de las mismas. Además no debemos olvidar que las jornadas reducidas por cuidado de menores son principalmente femeninas, lo que también conlleva merma económica.

En cuanto a las políticas públicas, recientemente han aprobado una medida con la que la jornada parcial cotiza del mismo modo que la completa. Me parece muy acertada la equiparación de los permisos paternales. Y lo suyo sería fijar unos salarios dignos a través de convenios colectivos adecuados en aquellos sectores feminizados e infravalodaros.

Esta feminización de los cuidados se puede apreciar en los regalos y juegos infantiles. A las niñas se les suelen regalar muñecas para que las cuiden y hagan de madres. 


Cómo hemos visto en el módulo, la igualdad real y efectiva aún queda lejos. Prueba de ello, los comentarios que el periodista recibió por el artículo que encabeza este escrito.

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